¿Cómo funciona el sistema electoral de Estados Unidos?

Por Charly Morales Valido

La Habana, 7 nov (PL) Quizás sea «complejo» el adjetivo que mejor define al sistema electoral de Estados Unidos, que también es considerado obsoleto, caro, impreciso, poco transparente y, según el republicano Donald Trump, «amañado».
De entrada, la ciudadanía no elige al presidente, si no los llamados Colegios Electorales, un sistema de elección indirecta creado en 1787 por los autores de la Constitución.
Eso significa que recibir más votos ciudadanos que sus rivales no le garantiza la Casa Blanca a ningún candidato.
Los 50 estados de la Unión, más el Distrito de Columbia, tienen una cantidad dada de votos electorales, que varía según la población inscrita en los plazos establecidos. El ganador de cada estado se lleva todos los votos de ese Colegio.
En total hay 538 votos electorales en juego, que equivalen al número de representantes y senadores en el Congreso, y para ganar hay que conseguir al menos 270.
Los sufragios son oficialmente el segundo martes de noviembre, aunque la mayoría de los estados permite el voto anticipado, bien en urna o por correo, en particular quienes radican fuera del país.
¿Significa eso que todos pueden votar? No, solo aquellos debidamente registrados: un problema en la documentación puede inhabilitarte, al igual que antecedentes penales y otros factores que afectan significativamente a las minorías étnicas.
Tampoco votan los ciudadanos de Puerto Rico, Guam, las Islas Vírgenes estadounidenses y las Marianas del Norte. Sin embargo, los astronautas sí…
Un reciente estudio del centro de análisis PEW indica que casi 51 millones de personas con edad para votar no pueden hacerlo.
En ello inciden las leyes de supresión de voto impulsadas por los republicanos, que marginan a los votantes sin recursos y de minorías raciales, quines suelen ser de tendencia demócrata.
Igual, los electores se reúnen en Washington varias semanas después de los comicios del próximo 8 de noviembre, y oficialmente emiten sus votos para presidente, justo como dictaron los Padres Fundadores hace más de dos siglos.

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